sábado, 12 de marzo de 2011

La muerte en el Romanticismo

  Cuando repaso la horrenda sucesión de crímenes, me parece incomprensible que sea yo la misma criatura cuyos pensamientos estaban antes llenos de sublimes imágenes que hablaban de la belleza y magnificencia del bien.¡Así ha sucedido! El ángel rebelde se convirtió en un monstruoso diablo, pero hasta ese enemigo de Dios y de los hombres cuenta, en su desolación, con amigos y compañeros. Yo estoy solo…
  ¿Debo acaso ser considerado como el único criminal, cuando todos los humanos han pecado contra mí? ¿Por qué no desprecia usted a Félix que me arrojó de su lado con horror y asco? ¿Por qué no maldice al campesino que disparó sobre mí cuando acababa de salvar la vida de su hija? ¡No, para usted ellos son seres llenos de pureza! Yo, el miserable, el proscrito, soy tan sólo un monstruo hecho para ser golpeado e injuriado…
  Pronto – concluyó con apesadumbrado y solemne entusiasmo- moriré a mi vez y dejaré de sufrir como lo he hecho hasta ahora. Pronto se extinguirá el fuego que me atormenta. Ascenderé, triunfante, a mi pira y exultaré de júbilo en la tortura de las llamas. Lentamente su brillo se irá apagando y el viento esparcirá mis cenizas por el mar. Mi espíritu descansará en paz allí donde, si es todavía consciente, todo habrá sin duda cambiado…

 A propuesta de Valeria, subo este fragmento de Frankestein perteneciente al final de la, para mí, la mejor novela que dio el Romanticismo, al menos la mejor de las que yo he leído. En ella, pueden verse fácilmente varios rasgos de la sensibilidad romántica (desazón y angustia, la soledad del hombre sensible, la exaltación romántica, el dramatismo), pero sobre todo la consideración de la muerte como liberación y del suicidio como rebeldía y triunfo del ser humano sobre el dolor que produce la existencia del abandonado, del apestado. Es interesante también indagar sobre qué era un monstruo para los románticos; ¿es lo mismo que para el resto de la sociedad? (hay una maravillosa película que explota este tema, el del monstruo. Se llama El espíritu de la colmena de Víctor Erice, quizá la veamos en clase). Entrad y comentad lo que queráis sobre el fragmento o sobre el Romanticismo; por ejemplo, ¿os sentís más románticos o más ilustrados? (esta comparación entre ambos movimientos la esbozamos en clase).
 Acabo con una cita de Manuel Serrat Crespo: "... un héroe romántico no puede morir en la cama. Es dueño de su muerte y elige la hora; sólo esta convicción liberará su vida."

1 comentario:

  1. Me ha gustado muchísimo este bloque, en especial la parte del Romanticismo y Crónica de una muerte anunciada. En mi lista de lectura ya están Gabriel García Márquez (cualquiera sería buena elección, pero me gustaría leer El amor en los tiempos del cólera y Cien años de soledad -gran entrada la de Mónica -), Goethe (con Werther o Fausto)y Frankenstein de Mary Shelley.
    Voy a leer este libro en versión original en cuanto pueda, estoy impaciente. Definitivamente da una clara vision de los ideales del Romanticismo, sus principios y características literarias.
    He de decir que la Ilustración fue también un gran movimiento revolucionaio y con grandes repercusiones, con la razón como mayor ideal, pero me siento muchísimo más identificada con el Romanticismo. Ese "dramatismo y exageración", esa fuerza y su pasión ante la vida... es fantásitico.

    ResponderEliminar